Visita a Saint-Sever: antigua capital de los Condes de Gascuña

Saint-Sever
En la Place du Tour du Sol se encuentra la iglesia abacial de Saint-Sever

Saint-Sever experimentó un importante desarrollo durante el periodo galorromano, pero su verdadero auge llegó en el siglo X con la fundación de la abadía de Saint-Sever; un suceso crucial que transformó la ciudad en uno de los centros más poderosos de la Edad Media. Durante esa época, Gascuña era una provincia gobernada por los Condes de Gascuña desde la capital ubicada en Saint-Sever.

Saint-Sever
Al final de la Rue du Touron podemos encontrar el pasaje de la Porte des Poussoles

La ciudad adquirió gran importancia estratégica y económica gracias a su ubicación en las rutas comerciales y tuvo un importante papel como centro administrativo y político del poder feudal. Este período de esplendor dejó un legado duradero en la arquitectura, la cultura y la historia de la ciudad, que aún se puede apreciar en sus monumentos y que a continuación vamos a descubrir con esta ruta a pie por Saint-Sever, de cuatro horas de recorrido y visita.

Place du Tour du Sol


Saint-Sever
En la Place du Tour du Sol se encuentran los edificios más importantes de Saint-Sever

La Plaza “Tour du Sol”, debe su nombre al hecho de que el sol recorre en un solo día todo su perímetro. Es el corazón de Saint-Sever, donde se encuentra la Oficina de Turismo y la Iglesia Abacial benedictina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Conocida en la Edad Media como “l’aire des monges”, este espacio, propiedad de los monjes, fue utilizado durante siglos para instalar el mercado y para celebrar, hasta 1854, las famosas corridas landesas. Entre los siglos XVII y XVIII se construyeron un buen número de palacetes alrededor de la Place du Tour du Sol, entre los que destacan:

Hôtel de Toulouzette


Saint-Sever
La Oficina de Turismo de Saint-Sever se encuentra en el antiguo hôtel de Toulouzette

El Hôtel de Toulouzette es un antiguo palacete construido por el maestro cantero Arnaud Lissac en 1761, como residencia de la noble familia Basquiat, barones de Toulouzette, sobre los restos de la segunda muralla de Saint-Sever del siglo XV. Hacia 1830, pasó a ser propiedad de la familia Lamarque y en el siglo XX albergó el antiguo ayuntamiento de Saint-Sever. En la actualidad, en sus viejos establos, se encuentra la Oficina de Turismo de Saint-Sever.

Hôtel bordelés


Saint-Sever
El Hôtel bordelés ocupa un lateral de la Place du Tour du Sol

Frente a la iglesia abacial de Saint-Sever, se conserva un “hôtel particulier” del siglo XVIII que fue la residencia de una familia noble de la época. Conserva unos soportales que recorren la planta baja de su fachada. Un bello conjunto de balcones en rejería, que recuerdan a los que podemos encontrar en Burdeos, adornan la fachada y le dan el apelativo de “Hôtel bordelés”. 

Porte des Poussoles


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Porte des Poussoles

Al final de las arcadas del Hôtel bordelés, nos dirigimos por la calle que gira a la izquierda. Se trata de la Rue du Touron, donde se conserva el único vestigio del recinto amurallado del año 1100: la Porte des Poussoles. Esta antigua puerta de la ciudad medieval fue transformada en el siglo XIV, añadiéndole un arco apuntado gótico, que ahora se puede contemplar desde su interior, convertido en un pasaje cubierto.

Abadía de Saint-Sever


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La fachada de la iglesia abacial de Saint-Sever fue restaurada en el siglo XIX

Construida en el año 988 por orden del duque de Gascuña, Guillaume Sanche y su esposa Urraca Garcés, infanta del reino de Pamplona, para reforzar su presencia en el territorio. La Abadía de Saint-Sever se convirtió en un importante centro espiritual y cultural, atrayendo a numerosos peregrinos y estudiantes. A su vez, Saint-Sever se convirtió en el “Caput Vasconiae”, es decir, en “Cabeza de Gascuña”. 

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El Altar Mayor de la iglesia abacial de Saint-Sever se realizó entre 1717 y 1720

Entre 1028 y 1072, gracias al abad Grégoire de Montaner, que compró numerosas tierras alrededor de Saint-Sever, el monasterio obtuvo autonomía financiera del obispado y se convirtió en una de las abadías más grandes de su época. La riqueza y el poder de la abadía atrajeron a artesanos, comerciantes y pobladores, contribuyendo al crecimiento y prosperidad de la ciudad. 

Capitel de Cristo en Majestad

Devastada por los protestantes durante las guerras de religión en 1569, no fue hasta los siglos XVII y XVIII que se restauraron el ábside principal, la fachada, el claustro y los edificios conventuales. La fachada que se conserva en la actualidad es una amalgama de épocas con restos medievales, partes del siglo XVII y la restauración en estilo neorrománico de alrededor de 1864.

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Capitel mozárabe con inscripción árabe donde puede leerse “Dios es Grande”

El interior de la iglesia presenta una nave principal con decoración neorrománica realizada durante la restauración de 1897, donde destacan las paredes policromadas, y naves laterales con decoración gótica. Del total de 150 capiteles de su interior, los más antiguos y mejor decorados corresponden a los 77 capiteles románicos, cincelados entre finales del siglo XI y principios del siglo XII, 3 de ellos galorromanos. 

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Capitel con leones (símbolo del poder de Cristo) representados con melena rizada y amplia sonrisa

Los capiteles corintios están decorados con hojas, pero también podemos ver numerosos capiteles con leones sonrientes, pájaros monstruosos o pasajes de la Biblia, que servían para transmitir y relatar las historias épicas de sus personajes. El primer capitel que encontramos a la derecha, después de cruzar la entrada, es el Capitel de Herodes. Grabado en la piedra puede verse el banquete donde Herodes Antipas conoció a Salomé y donde le pidió que le cortara la cabeza al profeta Juan Bautista. 

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Capitel con la imagen de Daniel tocando la cabeza de dos leones

También pueden verse un buen número de capiteles que narran la vida del profeta Daniel, quien sobrevivió milagrosamente tras ser arrojado a una fosa de leones gracias a la intervención divina. En el crucero románico de doble tramo se han conservado las tribunas románicas del siglo XII, que permitían a los numerosos peregrinos que realizaban el Camino de Santiago de Compostela, presenciar las ceremonias litúrgicas desde una perspectiva privilegiada.

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Los capiteles corintios están decorados con hojas de acanto y formas vegetales

El amplio coro de la iglesia abacial era un espacio sagrado reservado para los monjes en el siglo XI. Aquí se custodiaban las reliquias de San Severo, destruidas en 1569 durante las guerras religiosas por las tropas de Gabriel Montgomery. El centro del coro está presidido por un rico baldaquino de estilo barroco, que data de 1810 y cuenta con ocho columnas de estuco. En las paredes del coro puede verse la redecoración realizada en 1897 con características típicas del estilo neorrománico, como la utilización de cenefas y cortinajes.

Saint-Sever
No existe un consenso sobre si los mosaicos de Saint-Sever son romanos o románicos

En el suelo del coro, protegidos por un cristal, se pueden contemplar los restos de un antiguo pavimento de mosaico con motivos vegetales. Aunque en los paneles informativos del interior de la iglesia constan como mosaicos románicos, y es de suponer que pertenecieron al suelo de la abadía de 1072, hay autores que sugieren que podrían pertenecer a una villa romana que habría existido en el emplazamiento de la iglesia abacial.

Claustro de Saint-Sever


Iglesia abacial de Saint-Sever
Las galerías eran lugar de tránsito, oración, estudio y meditación para los monjes

El claustro de Saint-Sever era el corazón del monasterio. El espacio estaba cerrado por galerías cubiertas y rodeado por las dependencias de los monjes. Al oeste se encontraban la entrada al monasterio, una sala de espera para las visitas y las dependencias de los monjes. Al sur se encontraba la enfermería, las celdas para visitantes, una capilla y un gran dormitorio y en la parte superior un gran silo para almacenar el trigo.

Iglesia abacial de Saint-Sever
El brocal del pozo es el único vestigio del claustro románico original

En el este se encontraba la cocina, la sacristía y la sala capitular. El claustro que vemos hoy, de planta cuadrada con galerías en los cuatro lados, corresponde al reformado en el siglo XVII en ladrillo y piedra. Carece de los elementos típicos de los bellos claustros románicos, ya que el original fue totalmente destruido. De aquella época se ha conservado el brocal del pozo que abastecía de agua la abadía.

Edificios conventuales


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Junto a la iglesia abacial de Saint-Sever se encuentran los antiguos edificios conventuales

Parte de los antiguos edificios de la abadía están ocupados por el actual ayuntamiento y la sala capitular, situada en la planta baja, y que hoy sirve como Sala del Tesoro. Aquí se exhiben objetos religiosos y vestimentas ceremoniales de los siglos XVII y XVIII, relicarios, sagrarios, pinturas, estatuas y el famoso facsímil del Beato, un rico manuscrito iluminado sobre pergamino, del Apocalipsis de San Juan, realizado en el scriptorium de la abadía benedictina en la segunda mitad del siglo XI.

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El Beato de Saint-Sever original se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia

Fue copiado del beatus mozárabe español realizado por Beato de Liébana en el siglo VIII. Puedes leer más sobre este abad en otro de mis artículos: 72 kilómetros de Camino Lebaniego y un año de perdón. Quedan alrededor de treinta ejemplares de beatus en el mundo, uno de ellos en el Museo catedralicio de la Catedral de Girona, pero el Beato de Saint-Sever es el único en francés. Está ilustrado con más de 100 iluminaciones en colores brillantes, e incluso algunas pintadas con oro, realizadas por el maestro iluminador Stéphanus Garsia Placidus.

Portal norte


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El tímpano románico de Saint-Sever es uno de los más antiguos de Francia

Salimos al exterior y giramos a la derecha para ir en busca del portal norte de la iglesia abacial. En la puerta lateral, junto a dos capiteles antiguos, se ha conservado un tímpano románico del siglo XI esculpido con la imagen de Cristo en gloria rodeado por los 4 Evangelistas. Aunque la piedra está desgastada, a la izquierda, puede verse un ángel que toca la cabeza de San Juan. A continuación, estaría representado el león alado de San Marcos. A la derecha de Dios, ha desaparecido la mayor parte del toro, símbolo de San Lucas, y a su derecha puede verse la lanza del Arcángel San Miguel que estaría matando al dragón.

Place de Verdun

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Vista de tres de los ábsides escalonados de la iglesia abacial de Saint-Sever

Desde la Place de Verdun se puede observar la extraordinaria arquitectura de la iglesia abacial, con su cabecera benedictina y una planta monumental con sus peculiares siete ábsides escalonados, único ejemplo que queda en Francia. Este ábside sigue el modelo arquitectónico de las construcciones de Cluny. La Abadía de Saint-Savin-sur-Gartempe, cerca de Poitiers, tiene por ejemplo un ábside principal y cinco absidiolos. Bajo la cornisa se han conservado modillones esculpidos con animales reales o fantásticos.

Château du Général Lamarque


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El General Lamarque, nacido de Saint-Sever, fue un héroe de las Guerras Napoleónicas

Dejamos atrás la Place de Verdun y tomamos la rue du Général Lamarque, donde nos adentramos en un pintoresco tramo del centro histórico de Saint-Sever, que conserva varias mansiones señoriales del siglo XVIII, que dan testimonio del esplendor arquitectónico de la época. Destaca el Château du Général Lamarque, una residencia privada de estilo neoclásico construida en 1812. Aquí nació Jean Maximilien Lamarque, distinguido general de Napoleón, que ostentaba el título de conde del Imperio y había sido diputado del Tercer Estado.

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La fachada principal está flanqueada por dos torres cuadradas

Aunque el Château du Général Lamarque no está abierto al público, desde la calle podemos apreciar que la mansión queda enmarcada por dos torres cuadradas. La fachada principal, que se abre hacia el patio con un pórtico de entrada, está flanqueada por columnas toscanas. El portal de forja, también flanqueado por columnas toscanas, está ornamentado con el monograma del general, “M” y “L”, y por encima de las letras, lo remata la corona condal.

Couvent des Jacobins

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Este espacio es utilizado en la actualidad para eventos culturales

El Convento de los Jacobinos fue fundado en 1280 por orden de Leonor de Castilla, esposa de Eduardo I, rey de Inglaterra y duque de Aquitania, tras la llegada de la Orden de Santo Domingo a Saint-Sever. Ha sufrido múltiples transformaciones a lo largo de los siglos, durante las guerras de religión, los hugonotes destruyeron una parte del convento en 1569. Su reconstrucción, iniciada en 1686, se prolongó hasta 1720. Posteriormente, durante la Revolución francesa, el convento fue confiscado a los frailes dominicos y utilizado como escuela hasta 1896, y más tarde, durante la Primera Guerra Mundial, como hospital de la Cruz Roja.

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El claustro fue utilizado como mercado de grano en la antigüedad

El claustro, de estilo clásico, fue reconstruido en ladrillo y piedra a finales del siglo XVII. Está abierto al público de forma gratuita todo el año. En cambio, la sala capitular y el refectorio, ambos del siglo XIII y restaurados en el XIV en estilo gótico, son accesibles únicamente mediante visitas guiadas o durante la celebración de ciertos eventos. El refectorio está decorado con un fresco de 1335 que representa a Santo Domingo y al Cardenal Godin

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La Iglesia del Convento de los Jacobinos sufrió daños durante las guerras de religión

La Iglesia del Convento de los Jacobinos, sólo se puede visitar con visita guiada. Conserva una magnífica estructura de madera de roble en bóveda de cañón y presenta una sola nave y un ábside plano. Las huellas de una antigua nave lateral en el lado norte todavía son visibles en el exterior. Un campanario delgado de ladrillo y piedra del siglo XIV se encuentra en el ángulo noreste del ábside. El rosetón y el portal datan de la misma época y son representativos del estilo gótico.

Hôtel de Bourrouilhan d’Ortès, du Tauzin de Bonnehé


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Esta mansión del siglo XVI es un ejemplo notable de la arquitectura renacentista

Volvemos a la rue du Général Lamarque, donde se encuentra el Hôtel de Bourrouilhan; un ejemplo notable de la arquitectura renacentista con elementos barrocos, construido en el siglo XVI, con modificaciones en los siglos XVII y XVIII. Con un distintivo tejado de estilo bearnés y ventanas con parteluces, esta mansión particular consta de varios cuerpos de edificios dispuestos alrededor de un jardín.

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La torre formó parte de la segunda muralla de Saint-Sever, construida en 1450

El cuerpo principal, de planta rectangular, está flanqueado por una torre que da acceso a los pisos superiores y al desván. En la fachada del Hôtel de Bourrouilhan se pueden observar dos escudos de armas: uno de la familia de Bourrouilhan y otro de la familia d'Ortès. En la parte trasera del edificio podemos ver una torre circular de vigilancia, de unos 10 metros de altura, que formó parte de la segunda muralla de la ciudad. Construida en la década de 1450, conserva varias troneras y saeteras; las aberturas estrechas utilizadas para disparar.

Hôtel de Barbotan


Saint-Sever
Las letras "Abel Crabos et Fils" "Manufacture de plumes et duvets" aún son visibles

El Hôtel de Barbotan fue la residencia privada de la familia Barbotan en el siglo XVIII, que lo abandonaron durante la Revolución Francesa. Después fue utilizado como convento de monjas Ursulinas y como escuela para chicas hasta 1905. En el período de entreguerras, fue adquirido por la familia Crabos, quienes establecieron aquí su manufactura “Abel Crabos” de plumas y plumones, cuya fábrica estuvo en funcionamiento hasta la década de 1968. Y cuyas letras “Abel Crabos et Fils” “Manufacture de plumes et duvets”, aún pueden verse hoy.

Dónde comer en Saint-Sever: Restaurant l’Art des Mets


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Vista exterior del Restaurant l’Art des Mets

El Restaurant l’Art des Mets del Chef Nicolas Fort es conocido por su cocina creativa y de alta calidad. Abrió sus puertas en 2013 y desde entonces ofrece platos de la cocina francesa y regional, elaborados con ingredientes frescos, procedentes de productores locales, respetando el ritmo de las estaciones. El ambiente en el comedor es acogedor, amigable y cálido, también disponen de terraza exterior.

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Hummus de garbanzos con remolacha, huevo pasado por agua y ensalada

Situado en los antiguos establos del General del Primer Imperio francés Maximilien Lamarque, el restaurante ha conservado parte de los materiales originales, pero ofreciendo un entorno refinado ideal para disfrutar de una experiencia gastronómica placentera. Nosotros probamos el menú del día, compuesto de un primer plato con hummus de garbanzos con remolacha, huevo pasado por agua y ensalada.

Saint-Sever
Maruca asada a la mostaza vieja, con arroz basmati

De segundo nos ofrecieron ternera “Blonde d'Aquitaine”, corte de carnicero de 200 gr, con patatas fritas en grasa de pato con suplemento de 4 € o bien maruca asada (un pescado del océano Atlántico parecido al bacalao, de sabor suave y textura firme) a la mostaza vieja, con arroz basmati. También puedes elegir platos en la carta del restaurante, con opciones saludables y deliciosas que combinan sabores y texturas de forma interesante y atractiva.

Más información: Restaurant l’Art des Mets. Dirección: 1 Chemin du Prouyan, 40500 Saint-Sever. Teléfono: 05 47 87 90 41. Se recomienda reservar con antelación. Precio del menú del día: 15 €. Horario: Diariamente de 12 a 13:30, así como los viernes y sábados de 19:30 a 21 h. Web: Restaurant l’Art des Mets

Puedes completar tu visita a Saint-Sever descubriendo los atractivos de Terres de Chalosse, el "país saludable". Toda la información generada en redes sociales durante mi viaje a Saint-Sever puede consultarse a través de los hashtags #Landes y #LesLandes.

Un día en Terres de Chalosse, el "país saludable"

Montfort-en-Chalosse
El Musée de la Chalosse es una visita imprescindible para descubrir la esencia de Terres de Chalosse

Terres de Chalosse es una comunidad de 34 municipios que está situada en el departamento de Les Landes, a 18 km de Dax y 40 km de Mont-de-Marsan. Denominado, desde antiguo, "país saludable", Terres de Chalosse se extiende entre los ríos Adour y Gave de Pau, ofreciendo un paisaje diverso y ondulado, distinto al observado en la costa de Les Landes.

Montfort-en-Chalosse
Vista del paisaje alrededor del Musée de la Chalosse

A diferencia de las llanuras arenosas de las Landas de Gascuña, la Chalosse es un mosaico de colinas fértiles de tonalidades verdes y campos de cultivo dorados al sol. Desde sus viñedos y campos de trigo y maíz, hasta sus huertos y praderas, la Chalosse es un testimonio de la rica tradición agrícola y gastronómica de la región. Montfort-en-Chalosse se alza como centro neurálgico de Terres de Chalosse y es en la Edad Media que Montfort-en-Chalosse adquiere mayor relevancia.

La bastida de Montfort-en-Chalosse


Montfort-en-Chalosse
La Rue du Vieux Hangot conduce a la plaza François Dupaya y al mirador de la Chalosse

Bajo el reinado de Eduardo I de Inglaterra, en el siglo XIII, Montfort-en-Chalosse se transformó en una bastida, disfrutando de importantes privilegios y libertades que marcaron su evolución urbana. Los vestigios de esta era gloriosa se manifiestan en su trazado urbano regular, con calles rectilíneas que se cruzan en ángulos rectos y una docena de manzanas de igual tamaño.

Montfort-en-Chalosse
Uno de los escaparates de alrededor del siglo XX que pueden verse en La Grand’Rue

La estructura urbana de Montfort-en-Chalosse está diseñada con precisión geométrica y refleja su pasado medieval. Las Rue de Verdun y La Grand'Rue, que llegó a contar con una puerta fortificada en cada uno de sus extremos, están trazadas paralelamente y definen los ejes principales que dividen el tejido urbano de Montfort-en-Chalosse. En La Grand’Rue se conserva algunas fachadas de madera de principios del siglo XX y los escaparates de antiguas tiendas de finales del siglo XIX.

Montfort-en-Chalosse
La Mirande Este, a la salida de La Grand’Rue

A ambos extremos de La Grand’Rue encontramos unas estructuras elevadas utilizadas como torres de vigilancia. Este recordatorio de la importancia estratégica de la bastida, conocido con el nombre de Mirande, albergaban la entrada a la ciudad, cuyas puertas fueron destruidas en 1884. Recorre a pie las calles de Montfort-en-Chalosse y busca la Rue de l'Escaraillette, la calle más estrecha de Montfort-en-Chalosse. Un ejemplo representativo de cómo eran y qué tamaño tenían las calles en la Edad Media.

Montfort-en-Chalosse
Personaje en la Rue de la Bonne Aventure

Entre las casas de la Rue de l'Escaraillette pueden verse un espacio estrecho conocido en la región con el nombre de andrones que servía como cortafuegos en caso de incendio. En la Rue de la Bonne Aventure, donde el tiempo parece detenerse entre las antiguas casas de piedra, se puede encontrar un pequeño personaje en lo alto de una pared que conserva el nombre de la calle.

Montfort-en-Chalosse
La Place François Dupaya dispone de un área de pícnic con mesas y bancos

Desde el mirador en la Place François Dupaya, los visitantes pueden deleitarse con vistas panorámicas de las laderas de la Chalosse, un testimonio del arduo trabajo de generaciones que han moldeado esta tierra fértil. En los días claros puede distinguirse el inmenso bosque de pinos de Les Landes a lo lejos.

Montfort-en-Chalosse
El Ayuntamiento se construyó encima del antiguo mercado de granos de Montfort-en-Chalosse

El edificio del Ayuntamiento se construyó durante la época de Napoleón III, en 1869, y llegó a albergar un mercado de grano cubierto en su planta baja. En su interior se conservan pinturas de dos artistas nacidos en Montfort-en-Chalosse: el pintor-poeta figurativo, Marcel Saint-Martin (1922-2009) y Raphaël Lonné (1910-1989), aunque trabajó de cartero, está considerado una de las figuras centrales del art brut.

Montfort-en-Chalosse
El mercado de Montfort-en-Chalosse fue construido a semejanza de los de la Edad Media

El mercado actual de Montfort-en-Chalosse, Halle Maurice Gassie, con su estructura de madera de roble de Adour y su tejado apoyado sobre pilares octogonales, se construyó en el año 2000. Aquí se instala el mercado semanal todos los miércoles por la mañana y también los domingos por la mañana durante el verano, además de celebrarse numerosos eventos culturales durante el año.

Montfort-en-Chalosse
Junto al lavadero hay un merendero desde el que parte una ruta de senderismo señalizada

No olvides acercarte hasta la Fontaine des Cent Marches (La fuente de los cien escalones), situada en un enclave pintoresco cerca del mercado, ¡dentro de un bosque de bambú! Antes de la llegada del agua corriente, las mujeres descendían por sus escalones empedrados con su cántaro apoyado en la cabeza para obtener la cantidad de agua suficiente para sus necesidades diarias y también bajaban a lavar la ropa en el antiguo lavadero. A unos 600 metros de aquí, siguiendo el sendero a pie, se llega a la iglesia románica de Saint-Pierre-de-Josse, que no pudimos visitar por falta de tiempo.

Musée de la Chalosse

Montfort-en-Chalosse
El Domaine de Carcher conserva una torre de influencia bearnesa

La visita a Montfort-en-Chalosse no estaría completa sin explorar el Musée de la Chalosse que ofrece una ventana fascinante a la vida y las tradiciones de la región a lo largo de los siglos. Desde las exposiciones de arte local hasta las colecciones de utensilios y herramientas antiguas, cada rincón de este museo etnográfico revela una historia única y cautivadora. El Musée de la Chalosse es el punto de partida perfecto para explorar la historia y la cultura de Montfort-en-Chalosse.

Montfort-en-Chalosse
Prensa para triturar las uvas y extraer el mosto

Ubicado en el Domaine de Carcher, una antigua finca agrícola y vitivinícola del siglo XIX, el museo es un testimonio vivo de la vida rural de la región. Este museo custodio del patrimonio chalossaise es una parada esencial para cualquier viajero que desee descubrir la esencia de la Chalosse, ya que ofrece una inmersión profunda y documentada en las características, paisajes, culturas y modos de vida arraigados en esta tierra fértil.

Musée de la Chalosse
El horno de pan tiene adosado un gallinero

La fascinante colección de objetos del Musée de la Chalosse ilustran la vida cotidiana de los habitantes de Chalosse durante los siglos XIX y XX. Desde herramientas agrícolas, hasta utensilios de cocina, pasando por la bodega y su lagar con su sorprendente prensa de madera, o el horno de pan en funcionamiento de marzo a octubre los miércoles por la mañana, cada objeto cuenta una historia única y revela la creatividad y el ingenio de quienes los utilizaron.

Musée de la Chalosse
Dormitorio de la casa del aparcero

Una de las principales atracciones del museo es la casa del aparcero, donde los visitantes pueden recorrer las habitaciones y descubrir cómo era la vida en una finca agrícola en el siglo XIX. El sistema de aparcería, que perduró hasta mediados del siglo XX, dejó una marca indeleble en la estructura social y económica de la Chalosse, marcando la vida de generaciones de agricultores y terratenientes.

Musée de la Chalosse
Comedor de la casa del propietario

La casa del propietario es una casa de campo ricamente amueblada, que evoca el esplendor de la vida aristocrática de la época. La arquitectura tradicional chalossaise refleja la influencia de las culturas vasca y bearnesa, con casas de campo robustas construidas con piedra caliza y madera. Viviendas con detalles ornamentales y espacios elegantes, son testigos del esplendor pasado de la región.

Musée de la Chalosse
En la herrería pueden verse los utensilios necesarios para herrar a los animales

Los talleres, como la herrería, ofrecen una mirada fascinante al oficio artesanal de antaño, mientras que, a través de su pintoresco jardín, el conservatorio de viñas o la presencia de animales típicos de la zona, nos evoca la vida agrícola y vitivinícola de la Chalosse en el siglo XIX, ofreciendo una experiencia auténtica y envolvente para toda la familia. Vale la pena consultar los talleres que se realizan en vacaciones para los más pequeños en el Musée de la Chalosse.

Más información: Musée de la Chalosse. Dirección: Domaine de Carcher. 480 Chemin du Sala, 40380 Montfort-en-Chalosse. Teléfono: 33 (0)558 986 927. Horario: De marzo a octubre, de martes a domingo, de 10 a 18 h. Entrada adulto: 8 €. Web: Musée de la Chalosse

Château de Poyanne

Terres de Chalosse
El Château de Poyanne fue convertido en una elegante residencia en el siglo XVII

A 7 km de Montfort-en-Chalosse, oculto entre las colinas verdes y los bosques frondosos de Les Landes, el Château de Poyanne se alza como un testigo de la grandeza y la elegancia del siglo XVII. El primer edificio importante de este lugar se construyó en 1206 por la familia de Baylens, inicialmente como una fortificación sobre un campamento romano. En 1308, el Señor de Poyanne erigió una fortaleza medieval, que fue destruida por orden del Cardenal Richelieu. En 1625, Bernard de Poyanne lo renovó por completo y construyó su residencia de recreo.

Château de Moulinsart
La estructura del Château de Poyanne recuerda al castillo del Capitán Haddock

El arquitecto Gratien de Lerm fue encargado de los planos del castillo que vemos hoy. El edificio se divide en cinco pabellones, con el pabellón central sobresaliendo sobre los demás. Este elemento central, en forma de torre cuadrada, está coronada por una cúpula con linterna, característica del estilo Luis XIII. Hay quien ve en el Château de Poyanne una similitud con el Castillo de Cheverny del Valle del Loira, que sirvió de inspiración a Hergé para dibujar el Château de Moulinsart, vivienda del Capitán Haddock, amigo de Tintín.

Terres de Chalosse
El área de pícnic frente a Château de Poyanne es el lugar ideal para probar el Pastís landés

Paulatinamente, el Château de Poyanne ha pasado por diversas manos y ha tenido diversos usos a lo largo de los siglos, desde residencia aristocrática hasta monasterio de comunidades religiosas. Dicen que, en el interior, el primer piso está ocupado por el antiguo salón de recepciones, con un hermoso techo con artesonado dorado y pintado y una chimenea monumental de madera tallada. Es fácil imaginar sus extensos jardines llenos de pabellones, estanques y fuentes.

Las Arènes de Condrette


Mugron
La plaza de toros de Mugron fue construida por André Mouneu

Si aún dispones de tiempo para descubrir las joyas de Terres de Chalosse, a 7 km del Château de Poyanne, se encuentra la plaza de toros de Mugron, considerada una de las plazas de toros más bonitas de Francia. Las Arènes de Condrette es una plaza de toros de corrida landesa y fueron inauguradas el 6 de agosto de 1911, con una capacidad para 2500 espectadores. Este sitio, antes de albergar las Arènes de Condrette, solía ser el escenario de las emocionantes “course landaise”.

Mugron
Una de las características distintivas de las Arènes de Condrette son sus flores

Hasta finales del siglo XIX, se disponían una serie de carros en círculo, que funcionaban como bancos para los espectadores que presenciaban la corrida de vacas landesas, dando origen a la expresión "char à bancs". Construida con piedra de Mugron y piedra d'Angoulême, esta plaza de toros, en forma de herradura, cuenta con un espacio de tribunas cubiertas con capacidad para 400 personas.

Mugron
La histórica arena de Mugron esconde una tradición arraigada en la cultura landesa

La plaza de toros de Mugron aún es escenario de las fiestas patronales de Saint-Laurent, que se celebran en agosto para el Día de San Lorenzo, con cuatro días de populares corridas landesas. Un aspecto singular de esta plaza es la presencia de una vivienda aún habitada, integrada en su muro perimetral, añadiendo un toque de autenticidad a este emblemático lugar.

Dónde dormir en Montfort-en-Chalosse: Les Chemins de Berdis


Montfort-en-Chalosse
Les Chemins de Berdis te asegura vivir una experiencia en plena naturaleza

Les Chemins de Berdis es la casa de huéspedes y finca agroecológica regentada por Sandrine y Jérémie, una pareja que lo dejaron todo para poder vivir en este paraíso rural rodeado de naturaleza. Para llevar una vida lo más saludable posible, consumiendo sus propios productos ecológicos, compraron esta antigua granja de finales del siglo XIX, con viñedos y bodega incluida.

Montfort-en-Chalosse
Los campos de cultivo de Les Chemins de Berdis son el territorio de Jérémie

La antigua granja se ha convertido en una experiencia rural del siglo XXI, hay gallinas, patos, cerdos Kune Kune y ovejas. También disponen de huertahuerto y árboles frutales en constante crecimiento, ya que intentan que todos los productos que se consumen en Les Chemins de Berdis, sean naturales y producidos por ellos mismos, desde los huevos y los yogures, hasta la mantequilla y la mermelada, pasando por el pan y la bollería casera.

Montfort-en-Chalosse
Todos los platos que se sirven en Les Chemins de Berdis están elaborados por Sandrine y Jérémie

En su necesidad de hacerlo todo casero os podéis imaginar los deliciosos platos y pasteles de su mesa de huéspedes. La cena es un instante para compartir con ellos, con platos de cocina sencilla y familiar, elaborada con los mejores productos de cada estación. Un momento íntimo que se vuelve cálido en su compañía y una fuente inagotable de experiencias de vida.

Montfort-en-Chalosse
En Les Chemins de Berdis se tiene en cuenta el impacto ecológico de todas las actividades

Además, disponen de una encantadora piscina natural, cuya agua se mantiene limpia gracias a plantas y elementos naturales como la arena, sin necesidad de usar ningún químico. Una especie de ventilador solar mantiene el agua en movimiento y evita que el agua se corrompa. Este estanque natural es un ecosistema de biodiversidad donde se acercan todo tipo de pájaros, libélulas y ranas.

Más información: Les Chemins de Berdis. Dirección: 194 Chemin de Berdis, 40380 Montfort-en-Chalosse. Teléfono: + 33 619 81 44 81. Precio del menú (hay que reservar con antelación): Con aperitivo, entrante, plato principal, postre, vino, café, té o infusiones: 30 € por persona. Precio de la habitación (según temporada y tipo de habitación): A partir de 28.57 € por noche. Web: Les Chemins de Berdis

Toda la información generada en redes sociales durante mi viaje a Montfort-en-Chalosse puede consultarse a través de los hashtags #Landes y #LesLandes.

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